Arbatax y Tortolì

Ogliastra

La zona del Ogliastra es una tierra con mil de contrastes y con una belleza salvaje que el hombre no ha podido modificar durante siglos. Esta zona se presenta como un inmenso anfiteatro natural cuyas paredes montañosas precipitan hacia la mar con largos y altos acantilados que dibujan ensenadas encantadoras y largas playas de diferentes colores.
Este territorio es rico en minerales, como por ejemplo basaltos y venas cuarziferas de porfido rojo unicos en el mundo, y ademas es cubierto por bosques de acebos y castaños, y no resulta dificil encontrarse con tejos, encinas, alisos, agrifolios, olivos y enebros milenarios. La fauna es tambien rica de especies animales extintas en otros lugares, como por ejemplo el aguila de bonelli (o perdicera), el buitre de los corderos, el halcon peregrino, y tambien muflones, gamos y ciervos que poblan las forestas de la montaña junto a mas especies salvajes como zorras, jabalies, perdices sardas y conejos.
El fondo del mar hospeda a muchas variedades de peces, como por ejemplo mugilidos, doradas, lubinas, meros, dentones, salmonetes, moluscos y crustaceos. En las cuevas marinas que se hallan en los acantilados vivian hasta hace poco los ultimos ejemplares de foca monja. El estanque de Tortolí es un habitat ideal para las aves de los pantanos que allí suelen pararse durante sus migraciones.

La costa

La costa es un conjunto de de acantilados, ensenadas, pequeñas bahias de piedrecitas blancas y playas de arena fina, que van desde Cala Sisine hasta Santa Maria Navarrese, dibujando un espectaculo que puede emocionar a los quienes sigan su perfil durante un inmejorable recorrido de la costa. Hacia el sur la costa resulta mas baja haciendose a menudo arenosa con rocas de porfido rojo como en el cabo de bellavista y en los alrededores del puerto de Arbatax.

El agua transparente de este trozo del Mar Tirreno baña Calamoresca, Porto Frailis y la amplisima y blanquisima playa del Lido di Orrí que pertenece al Ayuntamiento de Tortolí y luego sigue hacia Barisardo y Loceri con los famosos Faraglioni (acantilados) de la playa de Cea. La parte meridional esta delimitada por las playas de Coccorocci y Tertenia.

Estos trozos de costa se pueden alcanzar por tierra y por mar, y en su caso será posible utilizar tambien los barcos que salen cada mañana desde los puertos deportivos de Arbatax y Santa Maria Navarrese y llevan los turistas a las diferentes bahias. Por la tarde los barcos regresan a los puertos de salida. En cambio, para los aficionados del senderismo y de la naturaleza, puede resultar agradable llegar a dichas bahias a traves de senderos que empiezan al norte de la carretera SS 125.

El Interior

El macizo del Gennargentu y Barbagia

Al visitante que se deje seducir por los rasgos retorcidos de las carreteras, a veces sin asfaltar, que salen desde la carretera SS 125 Orientale Sarda, se ofrece una vista de los “tacones” (Enormes torres aisladas de origen calcarea), de las mesetas del Golgo y del Supramonte, de los macizos montañosos de las Barbagie y del Gennargentu que convergen en el Montarbu.

En este territorio muy vasto, castizo y salvaje se encuentran diferentes yacimientos arqueologicos (“domus de janas” – casas de las hadas – y “tombe dei giganti” – tumbas de los gigantes-) ademas de los Nuraghi, grandes construcciones primitivas llenas de historia y misterio. En el medio del campo hay tambien pequeños pueblos donde se hallan pequeñas iglesias con arquitectura muy caracteristica.

Una visita inusitada y con encanto puede hacerse a bordo del Trenito Verde de las “Ferrovie della Sardegna” que se trepa por montañas llenas de bosques y selvas a traves de escenarios encantadores para luego bajar hacia la mar llegando a la estacion de Arbatax.

Gastronomía

La gastronomía de Arbatax está muy arraigada a los productos de la tierra y los sabores del mar. Las recetas tradicionales, celosamente heredadas durante generaciones, se proponen en los distintos restaurantes que se encuentran cerca del Residence.
Tienen que probar absolutamente la cocina a base de marisco. Empezando por los entrantes, la excelencia se logra con la preciada Bottarga de Arbatax, huevas de mújol en salazón, servida a lonchas finas con mantequilla o aceite, ideal para aliñar la pasta y la langosta Ogliastrina. Excelentes las sopas de crustáceos y mariscos, pulpo cocido con patatas, o la deliciosa Burrida, a base de gato de mar hervido y cubierto con una salsa de vinagre, aceite de frutos secos y hierbas. Con respecto a los primeros platos en los menús de pescado encontrarán gran variedad de Espaguetis con almejas, Langosta o Fregolas con almejas. La “Fregula” es una pasta típica, que se obtiene al trabajar la harina tamizada a mano con agua para obtener pequeñas bolas que luego se tuestan en el horno. Como segundos platos, se puede elegir entre una Sopa de pescado, una Fritura de pescado fresco a la parrilla pescado en la bahía, serán siempre elecciones seguras ….
Los platos de tierra son sencillos y muy arraigados, de acuerdo a la estación. La comida empiea con los tradicionales entrantes a base de charcutería preparada de acuerdo a procedimientos antiguos y con el uso de ingredientes simples: sal, algunas especias. Nuestra zona es especialmente conocida por la producción de jamón, salchichas y lacón.
Los Culurgionis son el primer plato más representativo de la gastronomía ogliastrina. Son raviolis con forma de media luna, sellados con una tradicional decoración a forma de espiga, rellenos de patata, queso de oveja, cebollas fritas, y menta. También son tradicionales los Maccaronis de Ungra, ñoquis caseros hechos a base de harina, huevos y patatas.
Entre los platos principales, destacan la Oveja, el Cordero, la Cabra, y el Cochinillo asado, servido este último sobre un lecho de hojas de mirto que da a la carne un sabor y perfume únicos. Los despojos vienen ampliamente utilizados en la cocina de Cerdeña: la Cordula es una especialidad que se prepara asando trozos de hígado, corazón, bazo y pulmones de ovejas, ensartados en una brocheta, alternando con rodajas de tocino y envolviéndolo todo con trozos de tripa. También vale la pena probar la Favata, preparada con habas, repollo, patatas, manitas y cabeza de cerdo, tomates secos e hinojo, y los también llamados Peigeddus, piernas de cordero sazonadas con salsa picante.
Los quesos de leche de oveja locales son de fama inimitable y sin precedentes: Pecorino, Ricotta, “Casu ageru.”
En el apartado de la repostería podrán deleitarse con los Amarettus, Pabassinas y Gattó, elaborados con almendras o con queso, como las Pardulas o las inimitables Seadas, un hojaldre relleno de queso suave que se fríe y se sirve caliente con miel.
En la cocina ogliastrina no falta el típico pan Pistoccu, una hoja de pan muy crujiente y fresco, más o menos sutil que se mantiene bien con el paso de los días y que también se puede degustar reblandecido con agua, o calentado en el horno y rociado con aceite de oliva y sal.
Vale la pena destacar el perfumado y colorido vino tinto Cannonau d ‘Ogliastra.
Y por último y para poder digerir todo esto, es de gran ayuda poner fin a una comida como ésta con un buen Filu ferru, un Mirto di Sardegna o Limoncello.